Latitud de la Memoria

Este proyecto nace del impulso por reconstruir la memoria de un viaje realizado por los Estados Unidos en el año 2014. Partí de Buffalo, NY, y atravesé Dakota del Sur, Montana, Utah y Nevada, hasta llegar a California, en un road trip único en mi vida. En aquella travesía capturé cerca de 11.000 fotografías: fragmentos de luz y tiempo que llevé al computador para convertir en timelapses. Esos videos formaron parte de proyectos anteriores —Interactive Erasures (2016) y Ciudades Temporales (2017)— pero las imágenes, intactas en su silencio, permanecieron esperando otra forma de revelarse. Este conjunto representa para mí un recuerdo sagrado, un momento de luminosa felicidad, y regresar a él es como habitar nuevamente esa alegría, ahora transformada por el tiempo.

Las grietas de la memoria —ese olvido inevitable al que nuestro cerebro está destinado— me impulsaron a explorar, desde la imagen y la materia, el registro de aquel viaje originario.

En esta expedición desde las fotografías del pasado, la memoria se convierte en encomienda íntima. El proyecto traduce mis relatos y emociones en formas líquidas o gaseosas, como si el recuerdo, al no caber ya en palabras, se desbordara en cristalizaciones visuales. Es una écfrasis: la tentativa de pasar del recuerdo a una imagen, de la emoción a una figura. Las palabras se abstraen en estructuras tridimensionales, que filtran las fotografías como si fueran lentes del alma: las ordenan y las desordenan, las inflan, las congelan, las dispersan, o las distorsionan.

Esta colección de 60 fotografías es, entonces, una búsqueda por representar las mutaciones del recuerdo a través del tiempo y la fotografía.

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